¿Cómo podría impactar el triunfo de Trump en la industria automotriz mexicana?

El triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos podría tener un impacto significativo en la industria automotriz mexicana, especialmente considerando las políticas que Trump ha promovido a lo largo de su carrera política y durante su mandato en la Casa Blanca entre 2017 y 2021.

Aunque México seguiría siendo un socio clave para la fabricación de vehículos destinados al mercado estadounidense, las políticas proteccionistas, la renegociación del T-MEC y la presión sobre las tarifas y la cadena de suministro global podrían generar incertidumbre, aumentar costos y limitar la competitividad del sector. 

Las empresas automotrices mexicanas tendrían que adaptarse a un entorno más complicado, enfrentando mayores desafíos para mantener su posicionamiento en el mercado de EE. UU. al tiempo que lidian con un posible cambio en las condiciones de inversión y producción.

Debemos tener en cuenta que el nuevo mandatario ya ha insinuado su intención de renegociar algunos aspectos del acuerdo, lo que podría incluir cláusulas relacionadas con la producción de vehículos eléctricos y el origen de las partes automotrices. 

Esto implicaría una revisión exhaustiva de las cadenas de suministro actuales, especialmente aquellas que dependen de piezas importadas de China, un punto crítico para las empresas mexicanas que se han beneficiado de costos más bajos en componentes asiáticos.

El secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, expresó su optimismo respecto a una posible renegociación en 2026, destacando que en 2024 las exportaciones mexicanas a Estados Unidos crecieron un 6.5%, mientras que las importaciones desde EE.UU  aumentaron un 4.7%. “Es la base de la relación bilateral”, aseguró Ebrard, quien confía en que estas cifras podrían ser un punto de partida para un diálogo constructivo con la nueva administración de Trump.

A continuación, analizaremos algunos de los posibles efectos que podría tener un segundo mandato de Trump sobre la industria automotriz de México, basándonos en su historial y en los factores que podrían influir en la relación bilateral entre EE.UU. y México en nuestro mercado.

1. Revisión del Tratado entre México, EE. UU. y Canadá (T-MEC)

El T-MEC, que reemplazó al TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte), es uno de los acuerdos comerciales más importantes para la industria automotriz mexicana, ya que regula las reglas de origen y las tarifas de importación/exportación de autos entre los tres países.

Posible impacto con la asunción de Trump al poder:

En primer lugar podría haber re negociaciones agresivas ya que durante su primer mandato, Trump intentó modificar varias cláusulas del TLCAN, lo que derivó en un tratado más restrictivo en cuanto a las reglas de origen de los autos, que obligan a que una mayor parte del contenido de los vehículos vendidos en EE.UU. provenga de América del Norte.

Además, podría significar un aumento de las tarifas y fronteras más estrictas. Trump ha sido un firme defensor de las políticas proteccionistas, y su postura frente al T-MEC no fue diferente. Podría intentar renegociar ciertas cláusulas para aplicar más restricciones a las importaciones de autos desde México, lo cual impactaría negativamente en las exportaciones mexicanas de vehículos hacia EE.UU.

Y finalmente, reglas más estrictas para el contenido nacional: Uno de los puntos clave del T-MEC es el aumento en la proporción de piezas de vehículos que deben ser fabricadas en América del Norte para beneficiarse de tarifas preferenciales. Esto ha sido un desafío para los fabricantes mexicanos, que a menudo dependen de componentes de otros países (como China). En este contexto, Trump podría presionar para que las reglas sean aún más estrictas, lo cual podría aumentar los costos de producción en México.

2. Impuestos a las Importaciones de Automóviles (Aranceles)

Durante su anterior presidencia, Trump impulsó la idea de imponer aranceles más altos a las importaciones de vehículos, especialmente provenientes de México.

¿Qué podría suceder con su vuelta?

  1. Aranceles más elevados: Si Trump decide seguir con su política proteccionista y aplicar aranceles más altos (como los que intentó imponer durante su mandato anterior), los autos fabricados en México podrían enfrentar tarifas adicionales al entrar a Estados Unidos. Esto haría que los vehículos mexicanos sean más caros en el mercado estadounidense, reduciendo la competitividad de las automotrices mexicanas en su principal mercado de exportación.
  2. Aumento de costos de producción: Los aranceles también pueden aumentar los costos de insumos y piezas importadas a México, lo que afectaría la cadena de suministro y la competitividad del sector automotriz mexicano.

3. Desarrollo de la Industria Automotriz en EE. UU.

Trump siempre ha hablado de la importancia de revitalizar la manufactura en Estados Unidos, y la industria automotriz no es una excepción.

Por ello, ha iniciado conversaciones para la reubicación de fábricas a EE.UU.: Bajo su mandato anterior, Trump ofreció incentivos fiscales a las empresas automotrices para que reubicaran sus fábricas en suelo estadounidense. Un segundo mandato podría llevar a más automotrices a reconsiderar sus inversiones en México, especialmente si EE. UU. ofrece condiciones más favorables para la producción de autos dentro de sus fronteras, como en el caso de la reforma fiscal y otros incentivos.

Esto generaría un impacto en la inversión en México ya que si los incentivos para la manufactura en EE. UU. se vuelven más atractivos, algunas empresas podrían optar por reducir su producción en México y mover parte de su producción de regreso a EE. UU. Esto podría disminuir la demanda de mano de obra en las plantas mexicanas y generar incertidumbre en la inversión.

4. Relación con los Trabajadores Mexicanos y  sus salarios

El T-MEC también incluye cláusulas que buscan mejorar las condiciones laborales en México, especialmente en la industria automotriz, al aumentar los salarios de los trabajadores de la manufactura en el país.

Aunque Trump podría ver con buenos ojos la mejora de los estándares laborales en México para hacer la industria mexicana más competitiva, podría tratar de presionar para que el aumento de los salarios no interfiera con la competitividad del sector. 

El aumento de los salarios de los trabajadores mexicanos podría incrementar los costos de producción, lo que afectaría la rentabilidad de las empresas y su capacidad para competir con otros países.



5. Incertidumbre Global y Problemas de Cadena de Suministro

El proteccionismo de Trump y las tensiones comerciales con China podrían afectar indirectamente a la industria automotriz mexicana al impactar la cadena de suministro global.

Si Trump decide intensificar las sanciones contra China u otros países, las cadenas de suministro que dependen de esos mercados se verían alteradas. Las automotrices mexicanas, que dependen de componentes de países como China o Europa, podrían experimentar escasez o aumento de precios de piezas, lo que afectaría tanto los costos como los plazos de producción.

Sin embargo, esto podría generar que se continúe presionando a las empresas estadounidenses para que fabriquen más partes de autos en EE.UU., lo que podría generar menos dependencia de las fábricas mexicanas y alterar la competitividad del sector automotriz mexicano.

6. Cambio en la Inversión Extranjera

La incertidumbre política y económica derivada de las políticas de Trump podría influir en las decisiones de inversión de las automotrices extranjeras en México.

Como mencionamos, los autos chinos en el mercado mexicano han ganando terreno gracias a su oferta competitiva en términos de precio, tecnología y variedad. Aunque existen desafíos relacionados con la percepción de calidad y la infraestructura de servicio, las marcas chinas como MG, BYD, Haval y Chirey están marcando una tendencia en crecimiento, especialmente en el sector de SUVs y vehículos eléctricos.

A medida que los consumidores mexicanos se familiarizan más con estas marcas y sus ventajas, es probable que la presencia de autos chinos siga aumentando, contribuyendo a una mayor competencia y diversidad en el mercado automotriz mexicano.

Sin embargo, la imprevisibilidad de las políticas de Trump podría generar desconfianza entre los inversionistas, quienes podrían preferir proyectos más estables en otras regiones. Las automotrices podrían retrasar o reconsiderar nuevas inversiones en plantas de fabricación en México.

Otro de los desafíos es evitar la fuga de inversiones ya que si las relaciones comerciales con EE.UU. se vuelven más tensas bajo la administración de Trump, algunas compañías podrían optar por diversificar su producción en otros mercados de América Latina o incluso en Asia, lo que disminuiría el flujo de inversiones a México.

El regreso de Donald Trump al poder podría traer consigo una serie de retos para la industria automotriz mexicana, especialmente en términos de reglas comerciales, tarifas, costos de producción y decisiones de inversión. Sin embargo, también hay oportunidades, especialmente si se logra mantener un diálogo constructivo que favorezca la relación bilateral y la competitividad del sector.

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